Hace más de 20 años, un grupo de reconocidos científicos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), comenzaron una investigación de enfermedades raras y patologías relacionadas con el daño celular producido por enfermedades oncológicas a nivel pulmonar y descubrieron, de forma casual, que existía una proteína con una actividad muy importante en el estrés oxidativo y era capaz de reparar las células dañadas y de revertir el daño celular en diferentes órganos y tejidos.
Los investigadores se dieron cuenta que la secuencia de este péptido era igual a una proteína del complejo de la telomerasa, con la función biológica de reparar el telómero, activar la supervivencia celular y aumentar el nivel de enzimas antioxidantes que disminuyen el estrés oxidativo y que permiten que las células se conserven sanas y vivan durante más tiempo. Es el único péptido existente con la capacidad de restaurar la función telomerasa.